
Raúl es el máximo exponente del líder al que ni el dinero ni el éxito han desposeído del sentido del reto, de la superación. Debutó en el Santiago Bernabéu precisamente frente al Atlético de Madrid. Nunca olvidará ese día. Provocó un penalti, dio una asistencia de gol a Zamorano y marcó un golazo... Han pasado trece años desde aquel día y desde entonces el Bernabéu le respeta. Trece años después, Raúl es como futbolista lo que el Bernabéu como estadio. Un icono, un símbolo. Historia. No sólo tiene que ver con su juego –de hecho, el fútbol a veces es lo de menos. Tiene que ver con su espíritu contagioso, con el afán de superación que irradia. El fútbol pivota alrededor de un jugador como Raúl. Picardía, inteligencia, carácter, victoria. Son sus sellos, sus valores. Se trata de un agitador que transmite como ningún otro futbolista arrojo y valores perdidos.
Raúl González Blanco se crió en un modesto barrio de Madrid, en la colonia Marconi de San Cristobal de los Ángeles. Su padre, don Pedro, era un apasionado seguidor del Atlético de Madrid, club en el que Raúl comenzaría a jugar, tras un breve paso por el San Cristobal. Quién le iba a decir a don Pedro que con el paso del tiempo su hijo sería un icono para la parroquia madridista.
Su trayectoria como futbolista es ingente, grandiosa. De hecho, es probablemente el mejor jugador de la historia de nuestro país. Llegó al Real Madrid en la temporada 1992/93, procedente de las desaparecidas categorías inferiores del Atlético de Madrid.
Desde su llegada al club merengue, su ascensión ha sido imparable. Su paso por la cantera fue brillante, y debutó con tan sólo 17 años en el primer equipo, de la mano de Jorge Valdano. Desde la primera temporada consiguió una titularidad que ha perdido en escasas ocasiones. A día de hoy Raúl sigue siendo una pieza fundamental en el engranaje del Real Madrid; no así ocurre con la Selección, pero ese tema requeriría un examen aparte.
Raúl colecciona títulos en el Real Madrid con la misma rapidez que recopila galardones individuales. Su palmarés es desorbitado. Ya tiene dos pichichis, y merece como poco un Balón de oro que le acredite como el gran futbolista que ha sido y sigue siendo. Nadie duda que, en breve, este futbolista al que Fernando Hierro definió como "un Ferrari que nos va a pasar a todos" batirá todos los récords del fútbol español que aún le quedan por batir. De hecho, ya es el máximo goleador de la Champions y de la Selección española. Ahí queda eso.
Raúl es como aquel niño que fantasea. Aquel niño que sueña que algún día se hará mayor, y se hará futbolista, y jugará en el Real Madrid, y se convertirá en un mito para el resto de niños. Muy pocos son los que cumplen ese sueño. Sólo cuando Rául se retire podremos ver con perspectiva sus logros y sus números. Disfruten pues, damas y caballeros, del mejor futbolista español de todos los tiempos:
4 comentarios:
Buenísimo. Sobran las palabras. Raúl, Raúl, Raúl. Grande
El mejor jugador español de la historia no sé, pero sí es el que más le ha dado al Madrid y al madridismo sin ninguna duda. El escudo del Real Madrid hecho futbolista. Espero que sea el sucesor de Schuster algún día...
pero mejor que schuster, porque este alemán deja mucho que desear. al menos de momento. no sé... no lo veo a la altura de un real madrid. se le queda grande. y esto no le sucede a raúl.
No tengo palabras para poder describir a este jugador. Raul es uno de jugadores que más siente los colores del equipo y no da todo en el campo!! Es fantástico! un muakss!
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