Finalmente, ni Hamilton ni Alonso: el mundial fue para Raikkonen y su Ferrari. El finlandés es uno de esos luchadores del deporte con el que la mala suerte se ha cebado en los últimos años. Ahora debe agradecer a su antiguo jefe, Ron Dennis, la concatenación de despropósitos que han acabado en el ridículo de McLaren y en la gloria mundial para la escudería del cavallino. Paradójicamente, Kimi perdió dos mundiales con la firma anglo-alemana a causa de la escasa fiabilidad de sus coches, y el pasado domingo lo ganó por fin debido a un fallo en la gestión de la caja de cambios de Hamilton en el momento menos pertinente. Viejos fantasmas, nuevos errores.viernes, 26 de octubre de 2007
Retrato de aquel niño que no solía sonreír
Finalmente, ni Hamilton ni Alonso: el mundial fue para Raikkonen y su Ferrari. El finlandés es uno de esos luchadores del deporte con el que la mala suerte se ha cebado en los últimos años. Ahora debe agradecer a su antiguo jefe, Ron Dennis, la concatenación de despropósitos que han acabado en el ridículo de McLaren y en la gloria mundial para la escudería del cavallino. Paradójicamente, Kimi perdió dos mundiales con la firma anglo-alemana a causa de la escasa fiabilidad de sus coches, y el pasado domingo lo ganó por fin debido a un fallo en la gestión de la caja de cambios de Hamilton en el momento menos pertinente. Viejos fantasmas, nuevos errores.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario