
Bien es verdad que Fernando Alonso, nuestro asturiano más universal, no es el alma de la fiesta. Alonso cae bien y mal por igual, sin paliativos ni medias tintas. No obstante, me juego lo que sea a que el próximo domingo 21 tanto los incondicionales como los detractores del piloto español compartirán sillón y lo que se tercie para seguir el Gran Premio de Interlagos. Y una de dos: o Fernando revalida su título mundial (que ya sería el tercero, nada menos), o Lewis Hamilton, su compañero de escudería y sin embargo su peor enemigo, se corona como el campeón del mundo de Fórmula 1 más joven de la historia. Una de dos.
Todos quisiéramos, sin duda, que Alonso fuera una persona menos hermética, más accesible y simpática. A veces parece como si estuviera enfadado con el universo, siempre echando la culpa a los demás; un poco de autocrítica siempre queda bien en los medios. Pero de ahí a desear que pierda va un largo trecho. De verdad, es algo que no entiendo. Vale que el asturiano sea un borde, pero Lewis Hamilton ha recibido a lo largo de esta temporada un trato de favor escandaloso de la Fia y de McLaren, por no meter también en el saco al patrón de este deporte, el también inglés Bernie Ecclestone. A los expertos y a las pruebas me remito. De acuerdo que Alonso es un vanidoso y un creído, pero su compañero inglés ha demostrado en cuantiosas ocasiones que es un niñato consentido.
Fernando Alonso está más solo que nunca. Más solo que la una. Cuatro puntos le separan del piloto inglés. El español no depende de sí mismo, pero a mí me da que el joven Hamilton no aguantará la presión que se le viene encima. Ya lo demostró en Shangai, donde cometió un error infantil teniendo el mundial prácticamente en el bolsillo. Alonso está solo, pero siempre se ha dicho que un hombre solo ante el peligro es el hombre más fuerte al que nadie se pueda enfrentar. El próximo día 21 nuestro piloto más internacional no sólo competirá en la pista de Brasil contra Hamilton, sino también contra su propia escudería, contra Ecclestone, contra Mosley, contra toda la prensa inglesa... En definitiva, contra todos sus detractores. ¡Yo que ellos miraría por el retrovisor!
1 comentario:
Hamilton lo tiene muy fácil. Durante todo el campeonato ha demostrado ser muy regular y tener el pulso muy firme. Un error, el de la semana pasada (compartido con McLaren), no puede hacernos pensar que Alonso va a ganar fácil. Si lo hace, será gracias a la mayor potra de la historia, porque el piloto más regular del año habrá fallado dos veces seguidas y en el peor momento. De todos modos habrá que ver la carrera y oír a Lobato correrse con cada curva de Fernando xD.
Hola-soy-el-padre-de-Hamilton...
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