domingo, 21 de octubre de 2007

Gigante Tamudo


Todos los amantes del buen fútbol disfrutamos como críos con el fascinante juego que exhiben los denominados cracks. Eslabones perdidos, maestros del balón, todos ellos llevan el fútbol adherido al alma, a su propia piel, a sus genes: nacieron para el fútbol y a él se deben, no sabiendo hacer otra cosa mejor. Nadie los iguala en ello. Y por eso nos divertimos como niños cuando los vemos romper murallas defensivas, dar pases imposibles o resolver problemas irresolubles. Maradona, Zidane, Ronaldinho, Messi... Son palabras mayores. Qué voy a decir de ellos que ya no sepan. Son las estrellas que iluminan el cielo de este magno deporte.

Sin embargo, a veces se nos olvida la trascendencia de los futbolistas de equipo, jugadores que sin tener el pedigrí de cracks rinden a un nivel muy alto. A todos nos encanta el fútbol de calidad que brindan los jugones, pero también hay que fijarse en esos futbolistas capaces de brillar sin tener, al menos en apariencia, las cualidades que engalanan a las estrellas. ¿A ustedes qué les dice el nombre de Raúl Tamudo? La actuación de este chico el otro día ante Dinamarca ha devuelto al fútbol una lección que frecuentemente se nos olvida: la grandísima importancia de los jugadores de equipo.

De hecho, pocos días después de su buena actuación en Aarhus le ha pintado también la cara al mismísimo Real Madrid, castigándolo con el puño justiciero de su buen hacer, de su buen juego. Casillas todavía está buscando por dónde entró el soberbio gol que le endosó: una vaselina de ensueño, de ésas que entran por toda la escuadra. Tamudo no hace ruido, siempre es correcto en las formas. Pasa desapercibido y no pide para sí más protagonismo que el que él mismo se gana sobre el césped. Con la Selección nos sacó de un brete importante rompiendo la férrea defensa danesa y abriendo el marcador. Tamudo jugaba sin ninguna presión porque no tenía nada que perder y sí mucho que ganar. Ningún meapilas le iba a exigir que fuera el salvador de la patria.

Tal y como es fuera del campo, lo es dentro. Pasa desapercibido, parece que no está, pero tiene algo, una habilidad especial: es escurridizo e inteligente, y sabe resolver como pocos. Se trata de un buscavidas: le da lo mismo con quién juegue, ya sea solo o acompañado, porque es un cazador de área y aparece con gran facilidad sin ser visto. No es necesario recordar lo trascendental que fue su actuación en el desenlace de la última Liga con sus dos goles en el Camp Nou. Para los madridistas es un ídolo. Pero en Montjuïc es mucho más que eso. Allí es un pequeño dios que junto a Riera, Luis García y De la Peña puede liársela a cualquiera.

3 comentarios:

Pressman dijo...

A Tamudo le falta ser extranjero para ser un crack.

Adrián Bonache dijo...

Fathermucker

Jesús Garrido dijo...

Es uno de los grandes, yo siempre lo he admirado. Además, es españolista, por lo que a mí como madridista me cae mejor que muchos, aunque, como quedó claro el sábado, eso no quita que nos marque un golazo. Siendo sincero, prefiero mil veces más a Tamudo que a Torres para la Selección, no sé vosotros.